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Imperio Brasileño

Flag of the Second Empire of Brazil Brazilimperialblason2
Bandera Escudo

  Lema Independência ou Morte!

  Capital Rio de Janeiro

  Idioma Oficial Portugués

  Religión Católica

  Monarquía Constitutional
 - 1822-1831 SMI Pedro I
 - 1831-1889 SMI Pedro II

  Historia  
 - 07/09/1822 Acta de Independencia
 - 12/10/1822 Coronación de Pedro I
 - 07/04/1831 Coronación de Pedro I
 - 13/05/1888 Abolición de la Esclavitud

  Moneda Real Brasileño




Familia Imperial
Brasileña

Imperio Brasileño


SMI Emperador Pedro II
SMI Emperatriz Teresa
  SAI Príncipe Alfonso
  SAI Princesa Isabel
  Conde Louis de Aquila
            Príncipe Pedro
            Príncipe Luis
            Príncipe Antônio
  SAI Princesa Leopoldina
  Duque Ludwig August
            Príncipe Peter August
            Príncipe August Leopold
            Príncipe Joseph Ferdinand
            Príncipe Ludwig Gaston
  SAI Príncipe Pedro



SMI Emperador Pedro I
SAI Emperatriz Maria Leopoldina
  SM Reina María II de Portugal
            SM Rey Peter V de Portugal
            SM Rey Luis I de Portugal
            SAR Duque João
            SAR Princesa Maria Anna
  SAI Princesa Januária Maria
            Conde Luigi de Rocca
            SAI Princesa María Isabella
            SAI Príncipe Filippo
            SAI Princesa María Emanuele
  SAI Princesa Francisca
            Duquesa Françoise
  SAI Princesa Maria Amélia

El Imperio Brasileño, nombre por el que es conocido tanto el periodo de la historia de Brasil transcurrido entre 1822 y 1889 como el sistema político implantado en dicho territorio a lo largo de dichos años.

Historiografía[]

Cuando en noviembre de 1807 el emperador francés Napoleón I Bonaparte invadió el territorio portugués, la corte de ese reino se dirigió a Brasil. El príncipe regente y futuro Juan VI estableció en la ciudad de Río de Janeiro la sede del gobierno regio, con lo que de alguna manera se produjo el final de la condición colonial brasileña, hecho reconocido legalmente en 1815, año en el cual Brasil fue elevado a reino unido a Portugal. El regente decretó la apertura de los puertos (1808), permitió la instalación de industrias (1810), fundó una imprenta oficial y escuelas superiores e introdujo una serie de mejoras en Río de Janeiro. En política exterior, se anexionó la Guayana Francesa, consideró a la Banda Oriental (actual Uruguay) parte de su territorio y concretó una alianza con el Imperio Austriaco, casando a su hijo, el futuro Pedro I, con la princesa Leopoldina de Austria. Hizo frente y dominó un movimiento liberal, la revolución pernambucana de 1817, y, en 1821, a raíz de la revolución liberal que había tenido lugar un año antes, regresó a Portugal, dejando en su lugar como príncipe regente a su hijo Pedro.

Independencia (1822)[]

Aunque el príncipe regente Pedro, en un principio defendió el mantenimiento de Brasil como reino unido a Portugal, el interés de los diputados portugueses de reconquistar el territorio brasileño le convenció de la necesidad de defender la nueva situación de la antigua colonia. Apoyado por políticos como José Bonifácio de Andrada e Silva, Gonçalves Ledo y José Clemente Pereira, logró aislar tanto a los reconquistadores como a los republicanos, poniendo al país mediante el llamado grito de Ypiranga, emitido el 7 de septiembre de 1822, en el camino hacia su independencia, bajo régimen monárquico, solución considerada moderada por los grandes propietarios, que temían la inmediata abolición de la esclavitud y que constituían la principal fuerza política del país.

La consolidación de la independencia se debió a tres factores: la guerra de la Independencia brasileña (1822-1824), que eliminó las resistencias en Bahía, Ceará, Pará y la Provincia Cisplatina (nombre dado a la Banda Oriental); la redacción de una Constitución, promulgada en 1824 por el ya emperador Pedro I, tras la disolución de la Asamblea Constituyente (1823) en medio de una crisis política y el reconocimiento del nuevo país por naciones como Estados Unidos, Portugal, Gran Bretaña, Austria y Francia.

Pedro I (1822-1831)[]

La Constitución imperial de 1824 contemplaba un modelo centralizador, en el que el emperador nombraba a los presidentes de las provincias, y éstas tenían escasa autonomía. Se establecían cuatro poderes: el legislativo, compuesto por un Senado vitalicio y por la Cámara de Diputados; el ejecutivo, representado por el Consejo de Ministros, que presidía el propio emperador; así como el judicial y el moderador, éste privativo del emperador. Se establecía aún que la religión católica era la oficial, y que la representación política tenía carácter censitario, pudiendo votar solamente aquellos electores que alcanzaran una determinada renta. Con la independencia, se reorganizó y amplió la maquinaria estatal y se crearon el Ejército y la Marina. Este hecho, unido a una guerra impopular mantenida entre 1825 y 1828 con las Provincias Unidas del Río de la Plata por la posesión de Uruguay (la llamada Guerra Argentino-brasileña), cuya independencia terminó por ser aceptada por ambos países, provocó el aumento de los gastos y una fuerte devaluación de la moneda. No tardaron en llegar los conflictos con la Cámara de Diputados y con los propios dirigentes políticos, que desembocaron en una crisis que culminó en 1831 con la abdicación de Pedro I en su hijo, Pedro II.

Regencias (1831-1840)[]

Dado que el heredero al trono sólo contaba cinco años, dio comienzo una serie de regencias. Inicialmente formada por tres miembros: provisional en 1831 y permanente desde 1831 hasta 1835; posteriormente compuesta por un único titular: Diogo Antônio Feijó (1835-1837) y Araújo Lima (1837-1840). Fue una época de inestabilidad política, con diversas revoluciones provinciales, como la Farroupilha (Rio Grande do Sul), la Balaiada (Maranhão), la Cabanagem (Pará) y la Sabinada (Bahía), en las que uno de los principales detonantes era el deseo de una mayor autonomía provincial, concedida por el Auto Adicional de 1834, que creaba los legisladores provinciales, haciendo también otras concesiones federalistas. Las agitaciones políticas durante las regencias amenazaron seriamente la integridad del país y provocaron una reacción conservadora a finales de la década de 1830. En 1840 se anticipó la mayoría del Emperador, por medio del conocido como golpe de la Mayoría, en un intento de pacificar Brasil. La Ley de Interpretación del Auto Adicional, dictada ese mismo año, fue muy eficaz para controlar la situación política, y reforzó nuevamente la centralización, eliminando algunas concesiones federalistas.

Pedro II (1840-1889)[]

El régimen monárquico se consolidó nuevamente con la definitiva ascensión al trono de Pedro II. El nuevo equilibrio entre el poder central y las provincias llegó con la Ley de Interpretación, en tanto que el fin de las revoluciones del periodo de la regencia, tras las victorias militares y los acuerdos políticos, marcó el inicio de la nueva etapa nacional. En 1847 se creó la presidencia del Consejo de Ministros, eliminando un elemento de desgaste político del emperador, sin disminuir su autoridad. Se consolidaron también los dos partidos políticos, el Liberal y el Conservador, representantes ambos de los terratenientes. Dado que el sistema electoral se encontraba viciado, con un dominio de la oligarquía rural y la clara influencia del partido en el poder, le cabía al Emperador, por medio del uso de la conocida como 'gangorra imperial', promover el turno de los partidos en el gobierno. Tal remedo de régimen democrático funcionó con éxito durante varios años, coincidiendo con la expansión de los cafetales a lo largo del valle del río Paraíba; el fin del tráfico de esclavos a partir de una fuerte presión británica (1850); el pequeño desarrollo industrial, cuyo principal exponente fue el empresario Irineu Evangelista de Sousa, vizconde de Mauá; y el incremento de la inmigración europea.

Relaciones exteriores[]

En política exterior, el Imperio Brasileño se preocupó especialmente por la región del Río de la Plata, donde consiguió mantener una fuerte influencia, entrando en conflictos como la guerra promovida para acabar con el gobierno bonaerense de Juan Manuel de Rosas (1851-1852) y la llamada guerra de la Triple Alianza, que entre 1865 y 1870 le mantuvo unido a Uruguay y Argentina frente a la finalmente derrotada Paraguay. Desde 1868, la intervención política del Emperador se hizo más fuerte, lo que provocó la caída del primer ministro Zacarias de Góis e Vasconcelos, y el consiguiente desgaste político de la monarquía. En las décadas de 1870 e 1880 se acentuaron algunos problemas internos. La denominada cuestión religiosa consistió en un conflicto entre dos obispos, Vital y Macedo Costa, que insistían en aplicar en el país decretos papales contra la francmasonería, que no habían obtenido la aprobación (placet) imperial, tal y como establecía la Constitución. Procesados y condenados, el asunto sirvió para apartar a la Iglesia del trono.

Sustitución[]

La conocida como cuestión militar incluía diversas manifestaciones de oficiales del Ejército, en la década de 1880, sobre asuntos políticos. Aunque penalizados de acuerdo con las normas disciplinares, la actitud reveló el conflicto entre los militares, cuyo prestigio había crecido con la victoria frente a Paraguay, y las instituciones monárquicas. El problema servil incluyó una campaña abolicionista y el complicado proceso de liberación gradual de los esclavos (Ley del Vientre Libre de 1871, Ley de los Sexagenarios de 1885 y Ley Áurea, que en 1888 supuso la abolición total de la esclavitud). Los sectores más tradicionales entre los cafetaleros, perjudicados por la abolición, dejaron de apoyar a la monarquía a partir de la adopción de esas medidas.

La denominada cuestión federal supuso que el crecimiento económico y político de provincias, como São Paulo y Minas Gerais, iba unido a la insatisfacción de las elites regionales debido al papel secundario que el régimen unitario les confería, aun cuando existía la figura de un presidente provincial, impuesto por el poder central. El Partido Republicano, por un lado, fundado en la década de 1870, y las ideas políticas del evolucionismo y del positivismo por otro, contribuirían al descrédito final del régimen, que fue derribado por medio de una revolución incruenta en noviembre de 1889 por el mariscal Manuel Deodoro da Fonseca. La República sustituyó de inmediato al Imperio en Brasil.

Navegación[]

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